La sencilla operación de mantenimiento que te ayudará a ahorrar en combustible
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El mantenimiento periódico de tu vehículo es fundamental tanto para tu propia seguridad en carretera (y la de los que viajan contigo), como para su óptimo funcionamiento.
Y será precisamente gracias a ese óptimo funcionamiento del motor lo que nos permitirá no sólo alargar su vida útil, sino también conseguir un importante ahorro de combustible al contribuir a que el propulsor sea más eficiente.
En este sentido, hay un componente del motor cuya función es tan sencilla como fundamental para conseguir ese buen desempeño del motor, que nos ayudará a
ahorrar unos cuantos euros en carburante ¿Cuál es ese elemento?
El filtro del aire
El filtro del aire es una de esas piezas esenciales de tu coche, pero que suele pasar desapercibida para muchos conductores. Su función principal es la de filtrar el aire que pasa al motor, eliminando las impurezas que pueda contener el aire que trata de ingresar al motor (polvo, partículas en suspensión, insectos…).
Los filtros de aire de los vehículos están fabricados en un material poroso y dispuesto en forma de acordeón. Contienen unas fibras que retienen la suciedad que procede del exterior, dejando pasar así el aire limpio a través de sus poros.
Sin embargo, pasado el tiempo y los kilómetros, el filtro de aire acumula mucha suciedad y partículas, pudiendo provocar su obstrucción e impidiendo el paso del aire al motor. Y, al contrario, si está dañado puede permitir la entrada de pequeñas partículas al motor que causen daños potencialmente peligrosos.
Mayor eficiencia de combustible, menos emisiones…
De este modo, reemplazar un filtro de aire obstruido puede aumentar la eficiencia del combustible y mejorar la aceleración. De ahí que tenga todo el sentido la importancia de reemplazarlos de forma regular.
¿Cómo puede ser un filtro de aire el responsable de esta diferencia? Un filtro de aire sucio o dañado limita la cantidad de aire que fluye hacia el motor del coche, lo que hace que trabaje más y, por lo tanto, use más combustible. Como el motor necesita más de 10.000 litros de oxígeno para quemar cada litro de combustible, es importante no restringir ese flujo de aire.
Asimismo, ayuda a reducir las emisiones, ya que los filtros de aire sucios o dañados reducen el flujo de aire al motor, modificando el equilibrio de aire y carburante necesario para la combustión. Este desequilibrio puede
contaminar las bujías, haciendo que el motor falle, y aumentar la sedimentación del motor. Más importante aún, el desequilibrio también tiene un impacto directo en las emisiones de tu automóvil, lo que contribuye a aumentar la contaminación del entorno.
Por último, los filtros de aire limpios prolongan la vida del motor. No en vano, una partícula tan pequeña como un grano de sal puede atravesar un filtro de aire en mal estado y dañar las partes internas del motor, como cilindros y pistones, que pueden ser muy costosos de reparar.
Cuándo reemplazar el filtro de aire
Por esto es tan importante reemplazar regularmente el filtro de aire. No en vano, un filtro de aire limpio está diseñado para capturar la suciedad y partículas del aire exterior, evitando que lleguen a la cámara de combustión y reduciendo la probabilidad de que tengas que hacer frente a una costosa reparación.
Así, para mantener el mayor rendimiento posible de tu coche, se recomienda reemplazar el filtro de aire al menos cada 20.000-25.000 km. Eso sí, este intervalo conviene que lo reduzcas si conduces con frecuencia por zonas polvorientas. En cualquier caso, lo mejor es comprobar el libro de mantenimiento de tu vehículo proporcionado por su fabricante donde se indica el intervalo adecuado, así como el tipo de filtro necesario.
Además, reemplazar un filtro de aire es fácil, rápido y económico por lo que hacerlo en
tu Taller de Confianza Nubecar no supondrá tener que dejar inmovilizado tu vehículo durante mucho tiempo. Sin embargo, los beneficios que obtendrás por hacerlo merecen la pena cada euro que inviertas.