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Conducir con fatiga: el enemigo silencioso en la carretera

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Conducir un vehículo requiere atención, reflejos y capacidad de reacción. Sin embargo, la fatiga al volante es uno de los factores de riesgo más comunes y menos visibles en la carretera. 

Según la Dirección General de Tráfico (DGT), hasta un 30% de los accidentes mortales en España están relacionados con la somnolencia o el cansancio acumulado. Se trata de un enemigo silencioso que afecta a todos los conductores, independientemente de la experiencia o la edad.

¿Qué efectos provoca la fatiga al volante?

La fatiga no se limita a sentir sueño: afecta directamente a las capacidades necesarias para una conducción segura. Entre sus principales consecuencias destacan:
Disminución de la atención: cuesta mantener la vista en la carretera y detectar imprevistos.
Retraso en los reflejos: el tiempo de reacción ante una frenada o maniobra se alarga peligrosamente.
Falsas sensaciones de control: el cansancio puede hacer que el conductor no sea consciente de su propio estado.
Aumento del riesgo de microsueños: episodios de segundos en los que el cerebro “desconecta”, suficientes para perder el control del vehículo.

Señales de alerta para el conductor

Hay ciertos síntomas que indican que es momento de parar y descansar:
► Bostezos constantes y dificultad para mantener los ojos abiertos.
► Visión borrosa o sensación de pesadez en los párpados.
► Problemas para mantener la velocidad o el carril.
► Desconexiones momentáneas en las que no se recuerda el último tramo recorrido.

Cómo prevenir la fatiga en la conducción

Existen medidas sencillas que pueden reducir el riesgo de conducir cansado:
Descansar lo suficiente antes de un viaje largo.
Hacer paradas cada dos horas o 200 kilómetros.
Evitar conducir en horarios de sueño natural, como la madrugada.
Hidratarse y comer ligero para no sentir somnolencia.
Mantener el coche en buen estado, ya que un vehículo con problemas mecánicos exige más esfuerzo al conductor.

La importancia del taller en tu seguridad

No solo el estado físico del conductor influye en la seguridad: también lo hace el de su vehículo. Neumáticos desgastados, frenos en mal estado o luces mal reguladas pueden agravar los efectos de la fatiga y hacer más difícil reaccionar ante una situación de riesgo. Por eso, llevar el coche periódicamente a un taller de confianza es una medida clave de prevención.

En la comunidad de talleres Nubecar encontrarás profesionales que revisan tu vehículo a fondo para que esté siempre en perfectas condiciones. Así, puedes centrarte en conducir con seguridad y disfrutar de la carretera con tranquilidad.

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